Para sanar, hay que irse un par de generaciones atrás
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Los seres humanos aprendemos por imitación y por ejemplo. Cuando nacemos, venimos con el disco en blanco y con la necesidad de sobrevivir en mi entorno. De hecho, lo que yo vea que me funciona para sentirme segura en mi entorno es de las primeras cosas que forman mi personalidad, por dar dos ejemplos:
"Ella es tan buena, siempre cuida a sus hermanitos" - a lo que tu cerebro entiende "tengo que cuidar de los demás para ser valorada"
"Tu prima es tan linda, vela toda delgadita" - a lo que tu cerebro entiende "tengo que ser delgada para que me admiren"
Escuchar a tu mama, tías, amigas, etc. criticar cuerpos ajenos, sus propios cuerpos o incluso categorizar comidas como mala o buena o engorda o no engorda impacta en la relación que tenes con tu cuerpo y con tu comida.
Así es como nace la relación que tenemos con la comida, con el dinero, con las parejas, todo. Inconscientemente repetimos lo que aprendimos por imitación cuando estábamos figuring out como encajar en nuestro clan.
Por eso, para sanar de raíz vale la pena irse un par de generaciones atrás y ver qué pasó ahí, decidir si elijo o no mantener esa programación, y si la respuesta es no, entonces tomar acción.
Antes de irme, tampoco se trata de echarle la culpa a nadie. Ellxs también aprendieron por ejemplo y por imitación, y si me preguntas a mi, que honor y que bendición poder ser la persona que puede ver atrás y sanar los patrones.
Si queres profundizar en esto, hay un episodio de mi podcast que se llama "por qué la nutrición es mucho más compleja de lo que pensamos". Ahí le entro con lujo de detalle a esto que te cuento.
Keep glowing kweeen
LQM,
Male